Diario de un viaje anunciado II: ¡Esto pai'ce mu grande!
Después de esta columpiada, seguimos con el relato de este viaje, que ni siquiera hemos empezado ni nada, jeje.
Por la mañana nos levantamos a eso de las 8:00 (bueno, me levanté, porque era el único que tuvo narices de apagar el despertador...), desperté a los demás mientras nos íbamos arreglando y quedamos abajo con el otro grupo. Sí, amigos, pedimos 2 habitaciones dobles, y cómo éramos 7 nos distribuimos de la siguiente manera:
Habitación 1: Jordi y Mari en una cama, Javi y yo en otra (no, no somos pareja gay, pero es lo que hay ><) Habitación 2: Carlos y Thais en una, Erika en otra.
Después de vestirnos Javi y yo, como veíamos que tardaban mucho, bajamos a desayunar. El salón de desayuno parecía un salón típico americano, con sus familias americanas desayunando, y un montón de comida, a saber: Tostadas normales, integrales y recubiertas como si fueran tortitas, crema de cacahuete, mermelada, queso Philadelphia, pastelitos de cinnamon, croissants, bagels, manzanas, plátanos, naranjas, cafés, leche, cereales de 5 tipos (sí, estaban esos de colores), zumo de manzana, de raspberry, etc, etc, y más.
Al cabo de un rato bajaron los demás, y tomamos un buen desayuno, digo buen porque arrasamos con lo que pudimos ><. Así que una vez llenos salimos a la calle y nos dirigimos hacia Manhattan, por el camino íbamos haciendo fotos a todo lo que veíamos, parecíamos paletos de pueblo dirigiéndonos a la gran ciudad (bueno, lo éramos...). Todo en Queens nos parecía como en las películas, las casas con escaleras de incendios, las viejas locas de la calle, esos semáforos que parecen racimos de plátanos, etc.
Una vez llegamos al metro, vimos lo que había, o viaje único de 2 dólares, o MetroCard de 10-20$ con 5-10 viajes y 1-2 viajes de regalo... wow. Pillamos entonces para empezar el de 10$, ya habría tiempo para ir recargándola, que eso está muy bien, el poder recargarla y no llevar encima mil o tener que tirarlas con el desperdicio que supone millones de personas haciendo lo mismo ^^.
Después de un buen rato de metro, de coger uno, de hacer transbordo y unas cuantas fotos, llegamos por fin a Manhattan, más concretamente, cerca de Wall Street y la Zona Cero. Uno no se puede dar cuenta viendo unas simples fotos de la inmensidad de tantos rascacielos, entre los cuales pareces un muñequito de juguete ahí abajo.
Así que llegamos a la Zona Cero y vimos aquello. Parece mentira que un agujero así de grande antes albergara un conjunto de edificios en los que miles de personas trabajaban diariamente... pero con el tiempo que ha pasado los americanos no se han puesto mucho las pilas para trabajar, aun aquello presenta un espectáculo dantesco... Parecía como si algunos edificios aun presentaran restos de polvo y escombros.
Seguimos caminando por Broadway hasta llegar a Wall Street, lo que empieza como una calle chiquitita y se va agrandando, formando esa calle tan famosa por los tiburones de la bolsa.
Después de ver como unos 30 Starbucks y algún que otro Mc Donald's por la calle, vimos un puestecito de hot dogs y jordi y yo probamos uno, hmmmm, el sabor de USA encapsulado en un trozo de carne emparedado en pan.
Seguimos caminando y llegamos al puerto, donde habían unos cuantos barcos antiguos, además de muchas familias paseando por allí, y algún que otro grupillo de niños, como el de una escuela que iban todos negros y una blanquita que destacaba (rubita y de piel casi parecida a la nieve).
Cuando el hambre empezó a apremiar, después de salir de una tienda de los Yankees, buscamos un sitio donde comer, y encontramos un hawaiano, bueno, un restaurante de comida japonesa estilo kahuna, jeje. La comida estuvo bien, un lugar pequeño con 2 ordenadores para acceder a internet (con 2 chinos pequeñitos jugando on-line sin parar...).
Seguimos caminando para ver el hospital de Manhattan y el puente de Brooklyn, tan famoso por las películas de Woody Allen.
Seguimos caminando bordeando el Hudson, viendo bastantes helicópteros, de negocios, de correo, aterrizando en los diferentes helipuertos que allí habían. Caminando caminando, llegamos al ferry que lleva a Staten Island, que pasaba al ladico de la Estátua de la Libertad, cerrada desde el 11-S del 2001, hay que ver, estos americanos, tan patrióticos...
Llegamos a Staten Island y vimos aquello, un pueblecito al otro lado del río, hicimos algunas fotos y nos volvimos. Erika y Thais estaban cansadas de tanto ajetreo, así que se fueron con Carlos y nosotros continuamos visitando Battery Park, hicimos algunas fotos más y nos fuimos en metro hasta Broadway con Avenida de las américas, y allí encontramos unas tiendas de juegos y estuvimos mirando un rato. Cenamos por allí, en un centro comercial y nos fuimos chino-chano hacia Times Square, allí donde el que paga la factura de la luz debe tener menos pelos de tanto tirárselos...Por la mañana nos levantamos a eso de las 8:00 (bueno, me levanté, porque era el único que tuvo narices de apagar el despertador...), desperté a los demás mientras nos íbamos arreglando y quedamos abajo con el otro grupo. Sí, amigos, pedimos 2 habitaciones dobles, y cómo éramos 7 nos distribuimos de la siguiente manera:
Habitación 1: Jordi y Mari en una cama, Javi y yo en otra (no, no somos pareja gay, pero es lo que hay ><) Habitación 2: Carlos y Thais en una, Erika en otra.
Después de vestirnos Javi y yo, como veíamos que tardaban mucho, bajamos a desayunar. El salón de desayuno parecía un salón típico americano, con sus familias americanas desayunando, y un montón de comida, a saber: Tostadas normales, integrales y recubiertas como si fueran tortitas, crema de cacahuete, mermelada, queso Philadelphia, pastelitos de cinnamon, croissants, bagels, manzanas, plátanos, naranjas, cafés, leche, cereales de 5 tipos (sí, estaban esos de colores), zumo de manzana, de raspberry, etc, etc, y más.
Al cabo de un rato bajaron los demás, y tomamos un buen desayuno, digo buen porque arrasamos con lo que pudimos ><. Así que una vez llenos salimos a la calle y nos dirigimos hacia Manhattan, por el camino íbamos haciendo fotos a todo lo que veíamos, parecíamos paletos de pueblo dirigiéndonos a la gran ciudad (bueno, lo éramos...). Todo en Queens nos parecía como en las películas, las casas con escaleras de incendios, las viejas locas de la calle, esos semáforos que parecen racimos de plátanos, etc.
Una vez llegamos al metro, vimos lo que había, o viaje único de 2 dólares, o MetroCard de 10-20$ con 5-10 viajes y 1-2 viajes de regalo... wow. Pillamos entonces para empezar el de 10$, ya habría tiempo para ir recargándola, que eso está muy bien, el poder recargarla y no llevar encima mil o tener que tirarlas con el desperdicio que supone millones de personas haciendo lo mismo ^^.
Después de un buen rato de metro, de coger uno, de hacer transbordo y unas cuantas fotos, llegamos por fin a Manhattan, más concretamente, cerca de Wall Street y la Zona Cero. Uno no se puede dar cuenta viendo unas simples fotos de la inmensidad de tantos rascacielos, entre los cuales pareces un muñequito de juguete ahí abajo.
Así que llegamos a la Zona Cero y vimos aquello. Parece mentira que un agujero así de grande antes albergara un conjunto de edificios en los que miles de personas trabajaban diariamente... pero con el tiempo que ha pasado los americanos no se han puesto mucho las pilas para trabajar, aun aquello presenta un espectáculo dantesco... Parecía como si algunos edificios aun presentaran restos de polvo y escombros.
Seguimos caminando por Broadway hasta llegar a Wall Street, lo que empieza como una calle chiquitita y se va agrandando, formando esa calle tan famosa por los tiburones de la bolsa.
Después de ver como unos 30 Starbucks y algún que otro Mc Donald's por la calle, vimos un puestecito de hot dogs y jordi y yo probamos uno, hmmmm, el sabor de USA encapsulado en un trozo de carne emparedado en pan.
Seguimos caminando y llegamos al puerto, donde habían unos cuantos barcos antiguos, además de muchas familias paseando por allí, y algún que otro grupillo de niños, como el de una escuela que iban todos negros y una blanquita que destacaba (rubita y de piel casi parecida a la nieve).
Cuando el hambre empezó a apremiar, después de salir de una tienda de los Yankees, buscamos un sitio donde comer, y encontramos un hawaiano, bueno, un restaurante de comida japonesa estilo kahuna, jeje. La comida estuvo bien, un lugar pequeño con 2 ordenadores para acceder a internet (con 2 chinos pequeñitos jugando on-line sin parar...).
Seguimos caminando para ver el hospital de Manhattan y el puente de Brooklyn, tan famoso por las películas de Woody Allen.
Seguimos caminando bordeando el Hudson, viendo bastantes helicópteros, de negocios, de correo, aterrizando en los diferentes helipuertos que allí habían. Caminando caminando, llegamos al ferry que lleva a Staten Island, que pasaba al ladico de la Estátua de la Libertad, cerrada desde el 11-S del 2001, hay que ver, estos americanos, tan patrióticos...
Una vez empapados en cultura americana, cansados y agotados, nos volvimos ya para el hotel, nos juntamos con el grupo 2 para tomar unas copichuelas de Vodka con limón y cerveza, para hablar del día, de todo y así acabar durmiendo bien :P
Otro día menos que contar :P
Otro día menos que contar :P
Listening: To all tha Dreamers - SOUL'd OUT
http://www.sonymusic.co.jp/Music/Info/SouldOut/
Etiquetas: viajes
1 Comments:
"El salón de desayuno parecía un salón típico americano, con sus familias americanas desayunando, y un montón de comida..."
"...la tipica vieja loca americana..."
LOL
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